DIA DE LOS ALIMENTOS

Todo inició con un leve desayuno y una tempranera salida hacia el colegio, una llamada recordando el lente de la cámara y la alegría al llegar a la sede principal observando la disposición de una comunidad deseosa de atender el mensaje de una dieta balanceada y saludable.

Aunque algunos tenían sus dudas sobre la aceptación de los productos, en especial si estos llegarían a desplazar la bigcola y la empanada, deliciosos pero poco saludables.  Estas inquietudes se fueron disipando cuando los niños de primaria nos fueron deleitando con tan elaborados atuendos y actos culturales.  En anteriores oportunidades los niños han realizado sus actividades pero las de hoy con la participación de sus maestros y acudientes marcan una fecha para no  olvidar.

Fueron pasando cada uno de los puntos, y el mensaje era contundente, se podía sentir la preparación de los alimentos, el gusto, el deleite, los olores que a media mañana nos motivaban  para alimentarnos sanamente.  Se presenta el  reto al no haber servicio de agua.  ¿Aguantaremos?.  El plato fuerte lo brindaron los compañeros maestros de primaria, quienes olvidaron sus quebrantos de salud para dar muestra de todo su talento y valentía.  No es fácil complacer a este público tan riguroso y lo hicieron con todos los honores.  Estudiantes, maestros, directivos,  padres de familia  demostrando que en la Institución abundan los héroes.

Suena el timbre y llega el momento de probar las deliciosas recetas ofrecidas por los estudiantes durante el descanso.  Confieso temor al ver una que otra gaseosa encaletada y los detoditos con mirada amenazante.  Sin embargo la papa, el  chorizo, la ensalada, la avena, el agua, las tortas, las frutas, las canastillas de plátano, el pollo, la lulada, el helado europeo y los sitios establecidos con filas interminables me alegraron el día.  Por supuesto,  ¡Ganaron la partida! Aún más cuando visito a los estudiantes en sus salones y los veo concentrados profundizando sobre el tema, compartiendo sus experiencias con sus profesores.   Una experiencia agradable. Un evento que debe repetirse, un llamado a la reflexión sobre los productos que ofrecemos en casa y en la Institución.

¿Cuándo podemos repetir el día de los alimentos?