En el balance de toda carrera, habitualmente las portadas y entrevistas se las quedan los vencedores de las etapas y los campeones de las diferentes clasificaciones. Una vez finalizada la Vuelta a Colombia Bicentenario Casanare 2019, no fue la excepción y el Team Medellín, junto al gran campeón: Fabio Duarte, se quedaron con el centro de la atención.
La escuadra antioqueña barrió en la competencia. Además del título de campeón, con el corredor cundinamarqués, también se quedó con el galardón de mejor equipo, la clasificación de puntos (Weimar Roldán) y sub-23 (Jhojan García), más seis victorias de etapa, con lo que por obvias razones fue el foco de atención.
Sin embargo, más allá de los vencedores, hay otros guerreros que se llevan los aplausos y la admiración de toda la caravana. El solo hecho de terminar una carrera tan ardua como la Vuelta a Colombia -que en el presente año recorrió casi 2000 kilómetros, transitando por diversos climas que llevaron a los corredores a pasar de temperaturas superiores a los 38°C, para luego estar por debajo de los 10°C, superando grandes ascensos, peligrosas bajadas y un ritmo de competencia digno de las mejores carreras del mundo, con promedios de velocidad bastante elevados-, ya los hace victoriosos a todos los que cruzaron la línea de meta en la Plaza de Bolívar de Tunja.
Uno de esos campeones, anónimo para muchos, fue otro cundinamarqués, José Ángel Bernal Bossa, del equipo Liciclismo del Huila, que logró terminar la competencia en medio de intensos dolores y adversidad.
Cuando la edición 69 de la Vuelta a Colombia transitaba apenas por su quinta etapa, en la fracción más larga (221 kilómetros), entre Barrancabermeja y Puerto Boyacá, ‘El Indio’, como lo conocen en el ciclismo por ser un hombre de campo, sufrió una fuerte caída que le dejó considerables heridas en su cuerpo.
El corredor oriundo de Tocaima, Cundinamarca, pero con gran tiempo de crianza en la vecina Girardot, se fue al piso de manera estruendosa en uno de los pasos en los que la vía estaba en reparación.
“La vía la estaban arreglando y había un enorme desnivel. Algunos saltaron, pero yo no alcancé a ver. Golpeé el filo del otro nivel y por la alta velocidad caímos como 4 corredores”.
José Ángel sufrió múltiples heridas en varias partes de su cuerpo. A simple vista se le observaba con raspones en sus brazos, codos, y rodillas. Además, había otra que pocos vieron, una profunda raspada en su espalda, que lo hacía carcomer del dolor.
El fotógrafo ibaguereño Anderson Bonilla, más conocido como ‘Totoy’ en la caravana ciclística, y gran amigo de Bernal, lo observó y el propio corredor le dijo que retratara la situación: “Tome la foto para que vean que el ciclismo no es tan fácil, hágale”, le dijo ‘El Indio’.
“La de la espalda es muy grande y profunda, no me quiere sanar muy rápido. Cuando me hacen curación o me baño, me duele demasiado”, comenta sobre sus heridas.
Sin embargo, con una gran muestra de coraje y aguante, José Ángel decidió continuar hasta el final a pesar de las adversidades. Tras esa misma caída múltiple, el corredor Camilo Antonio Torres (Depormundo) debió retirarse por haber sufrido fractura en su clavícula.
Desde ese instante, fueron nueve las etapas que debió superar a pesar de los dolores. En adelante, no solo eran sus rivales los otros ciclistas, el clima o la carretera, también lo era su propio cuerpo que en ocasiones decía basta: “Duele bastante. Pararse en pedales es duro, al mover el brazo sufro. Al sacar alimentación de los bolsillos es terrible, no me puedo girar ni para comer en carretera”.
“La gente a veces dice: ¿pero por qué les va mal?, pero no ven lo que pasa en carrera o lo que uno debe afrontar y vivir día a día”, en parte por eso él decidió seguir adelante, para dejar muestra de su aguante.
Ya había sufrido un accidente previo a la carrera, en el reconocimiento de la etapa con final en el Alto de La Línea, lo que lo traía con una merma física, que sumó a su caída. A pesar de sus dolores, logró finalizar la prueba en el puesto 93, entre los 139 que iniciaron en Yopal. Solo 98 lograron culminar toda la prueba.
A sus 28 años, José Ángel Bernal, en medio del dolor y la obstinación, logró terminar su quinta Vuelta a Colombia, la que se suma a sus cinco Clásicos RCN y cuatro Campeonatos Nacionales.
Una vez bajada la bandera de la ronda nacional, ‘El Indio’ emprendió camino rumbo a Yumbo, Valle, en donde está radicado hace 7 años, ahora en el hogar de doña Doris y don Héctor, que lo han acogido como si fuera un miembro más de la familia, luego de que su entrenador Edwar Cañar Montenegro, le abriera las puertas de su casa y le diera una oportunidad en territorio vallecaucano.
Allí, su amor por el ciclismo lo combina con su otra pasión, la joyería y la relojería, a las que dedica sus tardes cuando no está en competencia, para aprender todos sus secretos. Alejado de vicios, música, televisión u otra distracción, José Ángel Bernal pasa su tiempo entre cambios de pulsos, pilas y maquinarias, soñando con aprender más secretos que lo lleven a diseñar anillos y cadenas por su propia mano.
En medio del cariño de su segunda familia espera recuperarse de todas sus heridas y regresar más fuerte en su próxima carrera, para seguir dando muestra de coraje y tenacidad. Y seguir demostrando que “esto del ciclismo es para guapos”.
Por: Deybi Alexander León Ortiz – @dleondeportes – Invitado por la FCC
Ejemplo de constancia y de jamás darse por vencido a pesar de los obstáculos que la vida ponga en el camino. ¡Qué bien!
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